WASHINGTON – 26 personas, la mitad de ellas menores de edad, fueron asesinadas y 23 más resultaron heridas en un tiroteo perpetrado en una iglesia baptista de la población de Sutherland Springs, en el estado de Texas. El autor de la masacre, Devin Patrick Kelley, de 26 años de edad, había sido dado de baja del ejército por violencia intrafamiliar, fracturando el cráneo de su hijastro bebé, y aparentemente se encontraba bravo con su suegra, lo que las autoridades piensan pudo ser un detonante de la masacre. Kelley recibió disparos por parte de un vecino del lugar de los hechos antes de huir en su vehículo, donde fue encontrado más adelante muerto, aparentemente después de haberse suicidado. El presidente estadounidense Donald Trump recibió fuertes críticas tras afirmar que los hechos se debieron a un problema de salud mental y no de control de armamento.