Además de Bogotá y Cartagena, el papa Francisco también visitó las ciudades de Villavicencio y Medellín, donde se realizaron diversas actividades incluyendo las respectivas misas campales.

En Villavicencio miles de personas asistieron a la misa que se realizó en Catama y en la que beatificó a los sacerdotes Pedro María Ramírez Ramos, quien fue asesinado en la revuelta en Armero en 1948, y al obispo Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, asesinado en 1989 por guerrilleros del ELN.

Luego presidió el Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional en el que escuchó los testimonios de varias víctimas y oró frente el Cristo mutilado de Bojayá. En su mensaje durante este encuentro mencionó la importancia de decir la verdad sobre los niños reclutados, los secuestrados y desaparecidos, además habló de la justicia como una manera de sanar las heridas.

En Medellín la misa se llevó a cabo en el aeropuerto Enrique Olaya Herrera frente a más de 800.000 personas. Luego se realizó un encuentro con unos 12.000 religiosos en el Centro de Eventos La Macarena y donde fueron expuestas la reliquias de la Madre Laura.