Hace noticia en La Hora de la Verdad, Román Ortiz, profesor de Estudios Estratégicos e Internacionales y Consultor de Seguridad y Defensa, hablando sobre la situación del Estado Islámico en las ciudades iraquíes de Mosul y Raqqa y la crisis en Corea del Norte. 

Ortiz explicó que la batalla de Mosul está acabada, aunque hay algunos reductos del Estado Islámico en la parte vieja de la ciudad. En cuanto a Raqqa, la capital oficial de este grupo extremista, guerrilleros kurdos y sectores de la oposición siria ya penetraron los muros de esa ciudad, esta batalla va tomar un poco más de tiempo, pero todo apunta a que el Estado Islámico perderá los núcleos urbanos más importantes. 

Agregó que tener estas ciudades bajo su poder le proveía a este grupo de varios recursos que ahora no tiene, además la religión islámica determina que para que una persona se declare califa debe tener control sobre espacio geográfico físico, entonces la pérdida de este espacio pone en duda el liderato de Abu Bakr al Baghdadi. 

En cuanto a la crisis con Corea del Norte, explicó que básicamente la economía del régimen tiene tres fuentes principales: la economía de subsistencia, que es una agricultura ineficiente y primitiva, por eso hay hambrunas; las actividades ilegales, venta de armas ilegal a países que están sancionados, narcotráfico, falsificación de dólares; y las exportaciones muy limitadas a China, una parte de importante de las divisas entran a Corea del Norte es por la venta de carbón a China; sin embargo, este país mantiene el flujo de divisas porque no quiere que la península coreana se una en una alianza pro-occidental 

El profesor Román Ortiz expresó que la alternativa frente a Corea del Norte es escoger  cuál es la opción menos mala. Una de ella es la negociación, pero se lleva negociando con Corea del Norte desde 1990, pero igual siguen armando misiles de largo alcance. Lo anterior deja sobre la mesa las opciones militares. Agregó que Corea del Norte tiene 45.000 piezas de artillería apuntando a Corea del Sur, además tiene un arsenal de armas químicas, entonces para destruir el arsenal hay que localizar dónde está y ser capaz de destruirlo, una tarea nada fácil. 

La otra opción es un ataque de decapitación, es decir, neutralizar a Kim Jong-un y a su pequeña cúpula que es la que toma todas las decisiones, además, Corea del Sur y Japón deberán prepararse para defenderse ante un ataque nuclear.